viernes, 13 de abril de 2012

La vitamina A


Hemos visto en una entrada anterior, las acciones de la vitamina D a nivel cerebral. Ahora vamos a tratar otra vitamina, en este caso, la vitamina A. En este caso, la evidencia sugiere, de manera clara, que la vitamina A ejerce importantes acciones en la fisiología cerebral, tanto en la embriogénesis como en la vida adulta. El ácido retinoico (principal metabolito de la vitamina A), está ampliamente implicado en la neurogénesis, la diferenciación celular, la conectividad sináptica y la potenciación fisiológica, todos procesos que afectan la plasticidad neuronal.

¿Por qué vitaminas, cuyo déficit en el pasado se supone ya superado, empiezan a cobrar nuevamente relevancia clínica?


El argumento que justifica este cambio en el tratamiento de las hipovitaminosis viene de la mano del descubrimiento de las acciones de sus metabolitos como señalizadotes celulares, de modo que muchas células interpretan su presencia produciendo proteínas con funciones totalmente diferentes a las que hemos estado observando hasta ahora. En este caso, el déficit de vitamina A se relacionaba con alteración de la visión y en el fortalecimiento de dientes, huesos y mucosas. Ahora, se ha visto que el exceso o déficit de vitamina A afecta a la función cognitiva.

En un experimento en el que se creaba un modelo transgénico de ratones con el receptor del ácido retinoico bloqueado. Pues bien, los ratones mutantes para estos receptores mostraron un desarrollo y crecimiento normales sin morfología física o neuronal anormales, y sin embargo mostrando déficits cognitivos en el aprendizaje del laberinto de agua de Morris y deterioro en el control motor y equilibrio, comparados con los ratones tipo silvestre. Estos deterioros conductuales se correlacionaron con diferencias electrofisiológicas en células del hipocampo, que se corresponden con cambios en la eficacia sináptica a largo plazo que puede afectar el aprendizaje y la memoria.


Un aspecto importante de los pacientes con enfermedad mental es la monotonía en la dieta y los desequilibrios alimentarios. En este sentido, seguimos observando que déficits en determinados nutrientes tienen una relación directa con alteraciones asociadas a estas patologías, como los déficits cognitivos. La vitamina A en exceso, también provoca alteraciones (graves en algunos casos), por lo que lo ideal no es dar formulaciones farmacéuticas, sino tratar de equilibrar la dieta, teniendo en cuenta que en este caso, la ingesta de procarotenos no provoca hipervitaminosis y podemos, por tanto, aconsejar la ingesta de ensaladas con tomate y zanahoria o las comidas con salsa de tomate, ricas en carotenos y que no provocarán hipervitaminosis.

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